martes, 9 de junio de 2009

Hay qe ver como es la vida...


Los viajes en tren ya forman parte de mi vida cotidiana, desde hace ya más de un año.. Claro, porque no tengo otra forma más cómoda de viajar a la facultad.. Directo y siempre casi a horario, cada mañana después de putear un poco por no poder dormir más, ese tren local me espera en la estación para emprender los viajes más aburridos, históricos, nerviosos, dormidos, apurados, fríos, calurosos, lluviosos, soledados.. lo qe fuese, camino a esa bendita facultad qe poco a poco empezó a formarme como persona e incita a qerer formarme como profesional. Lo hará, de eso estoy segura...
Es agotador ese viaje, aunqe logro concretar muchas veces un par de lecturas, vuelos, estudios, tareas.. música, textos.. de todo un poco.. tanto a la ída como a la vuelta.. Siempre hace el mismo camino, obviamente, pues así es.. ya me lo sé de memoria, no consigo con exactitud memorisar del todo las estaciones de forma ordenada, pero en eso estamos...
Pero hoy, ese largo y tendido viaje en tren, una vez más me demostró cosas, qe tal vez nunca me haya demostrado alguna otra.. o algún qe otro viaje.. sacando por cierto, el viaje al Sur...
Todo empezó cuando terminé de completar mis tareas pendientes de Inglés, seguía prendida a mis auriculares y mi radio favorita, nada más podía hacer, faltaba un rato para llegar a mi destino, y simplemente me acomodé contra la ventanilla, y por simple inercia, seguí el camino con mis ojos, como todos los días... Llegando a una de las últimas estaciones antes de bajarme, mi memoria comenzaba a hablarme a la par de algunas canciones melancólicas qe sonaban en la radio.. Siempre observo las caras de los viajeros, intento descubrir sus miradas, casi qe me entreno mirando los ojos de la gente indiferente.. es costumbre mia, de ahi es donde sé qe las pupilas cuentan historias, aunqe Sabina lo cante en "Yo también sé jugarme la boca".. Pero esta vez fue extraño, mis pupilas corrian a la velocidad del tren, hasta qe frenó en aquella estación, y allí sentado se encontraba él... Un simple extraño, un anciano solitario, tiritando de frío, bajo la sombra de aquella garita, sentado.. esperando, como esclavo del andén. No sé por qé lo miré, yo creo qe por la simple inercia de mirar a la gente pasar... pero lo vi, estacioné mis ojos en él, no me vió, estaba lejos de mi, tampoco podía hablarle ni hablarme, pues claro, ni siquiera me conoce, y yo menos a él... Pero se veía tan, triste.. creo qe es la mejor palabra, con tanta melancolía encima, sin consuelo, cargado de desamparo, triste.. su mirada se perdía entre la gente que dirigía sus pasos hacia quien sabe donde... sus rasgos duros, su carencia de luz, la agonía qe emanaba de su cuerpo, me hizo temblar.. y mil escalofríos corrieron más de la cuenta desde mis pies esparciendose por todo mi cuerpo hasta llegarme al alma...
Es inexplicable lo que sentí al observar tanta angustia envolviendo su ser... Todavía recuerdo su rostro, la opacidad de su mirar.. Logró dejarme en un coma mental, todavía no sé por qué..
El tren siguió su rumbo, y yo seguí con el.. en la radio sonaban melodías varias, no recuerdo qé...
Llegué a mi estación, bajé del tren, también por inercia.. dejé la radio y prendí el reproductor.. y Charly cantandome "Yo no quiero volverme tan loco", no te preocupes, Charly, qe yo tampoco... Los acordes cambiaban a PorSuiGieco, cuando el motor de mi intelecto comenzó a entender de aquel anciano... qe alcanzó a tañir de grises mi ciudad soleada, mis espacios razonables, remontandome hacia lugares insólitos, los cuales no pensé qe fuera a volver.. pero lo hice, casi que logré un film interminable de momentos memorables... cargado de escalofríos, y así quedé suspendida.. como en un colapso profundo, sin comerciales ni propagandas.. Sentí una pausa abismal, más de un millón de hormigas que todavía caminan sobre mi espalda, reconociendo terrenos ocultos, revisando y pisoteando el diccionario mas cruel de mis desamparos... al acecho de mis recuerdos más lejanos, ascendiendome hasta lo más alto y recóndito de mis reconocidas ignorancias hasta el momento... (9 de Junio)



La noche se prolongó más de lo deseado, refugiandome entre milongas conocidas, escribí demasiado sobre el todo provocado.. Hasta qe entedí qe una vez más me habia deslizado.
Hoy, a los 10 dias del mes de Junio, un día después de aquel imprevisto, resusito entre mis notarios, y puedo confirmar, qe fue un día completo perdido, una noche más desvelada malgastada... y volviendo a enojarme conmigo misma, me tomo el palo hacia los libros, qe me estan esperando sobre la mesa, con un par de mates hechos por mi hermana, un cenicero casi cargado de filtros apagados, y un paquete lleno por estrenar, (maldito vicio incontrolable) y más de mil definiciones para memorizar...

Se va Junio, ya se empieza a escapar... Pero aún qeda una historia por contar.



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