lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Cuánto falta?

Increíble es la palabra justa.
Septiembre perfuma sus praderas con cemento mojado y lágrimas de tabaco liviano.

Los logros se consiguen con esfuerzo, y es eso mismo lo que practico día tras día, el esfuerzo cada vez es mayor, el cansancio agotador, las luces se apagan, la gente se va, y los sentidos se invierten, y sigo leyendo aromas, observando recuerdos, mirando melodías, degustando pensamientos, asentándome en el vacío inoportuno de los versos de Cortázar, las miradas de los ciegos, y los gritos de los mudos, que cada vez son más intensos.

Los vagones de los trenes me dan la bienvenida cada mañana, acobijandome en sus respaldos, abrazándome con el sol que a veces entra por la ventana, y a mi regreso, la luna repite su rutina de regalarme horas de sueño, de sueños y mensajes con sonrisas.

Por suerte aún existen las madrugadas con cervezas, los silencios con promesas, los humos y el encendedor.
Por suerte pasan las horas, pasan los días, las palabras, los sucesos, las calles, las veredas, los regresos, los llantos, las premisas...

Por suerte aún tu, conservas la memoria, los buenos días, y el impulso inmediato de llamarme cada tanto y regalarme sonrisas a escondidas.

Aún así, la lucha no termina.







¿Cuánto falta?




(...)

No hay comentarios.: