sábado, 21 de agosto de 2010

Casandra no vió.

Tengo ganas de escribir, hace tiempo, hace ratos, hace muchos pensamientos tengo ganas..
Leo, escribo, pienso, recreo, imagino, espero, me detengo, intento de que cada gesto tenga sentido, prometo que es el ultimo tabaco qe enciendo, y me retiro a dormir ya.
Escucho callejeros, leo a Cortázar, hoy compré Rayuela. Usado, pero ya es mío de todos modos.
Estamos a más de la mitad de Agosto, hoy caí en la cuenta de que ya esta veintipico. Para hablar más del tiempo, dentro de cinco días cumplo un mes en el laburo. Increíble. No parece.
Pero todo sigue igual, cada tanto los versos y pensamientos flotan solos, los pierdo, los descuido, pero en el primer intento de irse para siempre, sienten miedo y vuelven a mi. O yo los vuelvo a mi, no lo sé.
Nos estamos debilitando entre el humo y la alteración de las hormonas, después del no saber para donde rajar. Es notorio, a menos que sea lo que yo qiero notar. Por cierto, ultimamente tengo una manera muy subjetiva de hablar y de pensar.. un rasgo apolíneo, diríamos, no?. Teatro.
No quiero creerlo, no tengo ganas de descubrir la oscuridad de una posible verdad despues de la huída.
Son las 1:27 de la noche, para ser exactos. Mi hermana habla por teléfono. Mi hermano se durmió en el sillón con la derecha a dentro del pantalón.
Más que ver reflejado en ellos el paso del tiempo, no puedo hacer.
Yo escucho a Arjona, si, un tema que me gusta mucho de lo poco que me gusta de él. Acabo de encender el último Lucky de hoy. Fumé bastante, hoy. Errores.
Coloqué mi bandera, inamovible. Y entrelazo versos que yo sola entiendo. "Ráptame del fin, llévame a empezar". Frase disparadora de cualqier parte, dirigida a cualqier persona.
Hace días pienso bastante en el pasado. Pienso en Dios, pienso en la gente, en él, en ella, en ellos, en ella, en vos. En mi. Mi vida.
Paciencia. Sapiencia. Ahora entiendo.

Pienso en la Maga y en Oliveira. Pienso cuando llego al tren y me invaden los andenes cargados por la mañana, y más vacíos por la noche. Camino las calles más largas y las veredas más cortas, y aun no encontré nada. Aunque ya no busco.
Asexuada. Una mujer con los pantalones bien puestos, madura, sensible, directa, humilde, pasiva, fumadora activa. Mujer de teatro. Sin caretas.

Pienso en esas frases, y no entiendo, o tal vez si lo entiendo y queda en mi deber asumirlo, como objetivo, como subjetivo. Un tanto así como dionisíaco o apolíneo. Nietzsche creó una locura extraña en mi. Bastante familiar.

No tengo ganas de no seguir, tampoco de parar, siento que voy bastante a mil por hora, voy tranqila, con miles de ideas, con miles de proyectos, pero aun me falta esa luz. esa luz que no brilla con tanto esplandor como solía brillar, una luz que hoy se refleja en fotos amarillas que cuando las veo, recuerdo solo una cosa, mi sonrisa; esa sonrisa.

Lo sé, solo tengo que recostarme y mandarme a soñar lo que mi mente me demande, ansiando no despertar con la angustia como la de hoy, desconocida, preocupante, triste, ignorante, fría, tarde.

Todavía hoy las cosas no me pasan desapercibidas, lo asumo con total solemnidad. Así sigan pasando las horas, los días, los meses, el tiempo, como hojas de un libro sin leer. Aunque ya no encuentre casi rastro alguno en los corredores de mi hogar poco transitado por mi cuerpo y por mi.

Sigo sin encontrarle explicación. Pero seguramente algún día la encuentre.

Ya es hora de irse.

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